04-07-2015
Recibir una
herencia familiar puede ser un desahogo económico o puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para sus beneficiarios. El legado familiar aparece en muchos casos minado de deudas. Uno de cada cuatro
herederos se plantea
renunciar a su parte por las cargas y los impuestos.
El drama no es aislado. Muchas
familias españolas han visto cómo al
drama de la muerte se unía la de la carestía económica y recibir una herencia se convertía, por tanto, no en un ingreso, sino en un problema.
¿La culpa? Una parte importante está en la situación económica. De 2007 a 2014 se han triplicado las renuncias a herencias, según el Consejo General del Notariado. "Realmente es un fenómeno digno de ser destacado y una consecuencia muy clara de la crisis", considera Joan Carles Ollé, Decano del Colegio Notarial de Cataluña y vicepresidente del Consejo General del Notariado.
De acuerdo con este último organismo, de 2009 a 2015 el número de herencias rechazadas pasó de 14.600 a 34.000, un 133% más. Según el último estudio de Legalitas, uno de cada cuatro de sus clientes que habían
recibido una herencia preguntaron en el último año sobre esta posibilidad.
El legado tiene más ingresos que deudas, pero la falta de liquidez inmediata impide hacer frente a las cargas fiscales como, por ejemplo, el impuesto de Sucesiones.
La buena noticia es que la situación está cambiando. Ollé asegura que se percibe "un cambio de tendencia" ya que el número de renuncias se está estabilizando. Además, el Decano recuerda que "la inmensa mayoría no tiene absolutamente ningún problema". De hecho, "solo el 10% de las herencias totales se renuncia".
En muchos casos el legado tiene más ingresos que deudas, pero la falta de liquidez inmediata impide hacer frente a las cargas fiscales como el impuesto de Sucesiones ol a plusvalía municipal cuando lo que se transmite es un inmueble.
El
impuesto de sucesiones está descentralizado y varía dependiendo de la comunidad autónoma. Además, la mayoría de las regiones cuenta con importantes bonificaciones fiscales (hasta el 99% en Madrid).
Los que se llevan la peor parte son los llamados herederos colaterales (hermanos, primos o sobrinos). Para estos herederos no existen bonificaciones.
Lo mismo ocurre si quienes heredan no tienen vínculos de sangre con el causante. En estos casos, el impuesto puede alcanzar el 20% del valor de los
bienes de la herencia. En los supuestos de falta de liquidez, Ollé recomienda pedir "un pequeño crédito puente hasta que se hayan pagado los impuestos y se disponga del dinero de la herencia".
Fuente: www.elconfidencial.com
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