25-09-2015
Un grupo de
arqueólogos españoles han protagonizando nuevos avances en el estudio de los restos de la ciudad romana de Pompeya. Se trata de la necrópolis de Porta Nola, que desde ahora formará parte de su itinerario y donde las investigaciones de estos científicos han permitido determinar la edad del hombre cuyos huesos
fueron hallados en la tumba de Obellius Firmus, así como nuevas tumbas situadas cerca de la muralla de ciudad y sepulturas únicas dedicadas a los soldados pretorianos.
El proyecto de investigación de los arqueólogos españoles está dirigido por Llorenç Alapont y Rosa Albiac, del Museo de Prehistoria de Valencia, y se prolongarán durante tres años, tras los que se pondrá en marcha una exposición de la necrópolis.
Las excavaciones y restauración de la necrópolis de Porta Nola sitúan la edad de los huesos encontrados en torno a los 60 años, lo que supone una edad avanzada, ya que
la vida media de los habitantes de Pompeya era de 40 años para los varones y de 35 para las mujeres. Asimismo, los restos corresponden a una persona que estaba bien alimentada y con un buen nivel de vida.
Las investigaciones de los arqueólogos también determinaron que la persona hallada presentaba una serie de patologías como la hiperostosis difusa,
una enfermedad directamente relacionada con la obesidad y una dieta rica en proteínas. De hecho, se desprende de los análisis que se alimentaba de carne en abundancia y que incluso consumía alcohol.
Desde el inicio de los trabajos, este grupo de arqueólogos españoles ha descubierto un total de 1.150 cuerpos en la ciudad de Pompeya, que quedaron
sepultados tras la erupción del Vesubio, en el año 79 Después de Cristo.
El estudio de los restos ha permitido conocer cómo eran los
ritos de cremación por aquel entonces, ya que algunos cuerpos se encontraban en una urna junto a monedas quemadas junto al cuerpo en perfecto estado de conservación y ello indica que los vivos realizaban una ofrenda a los dioses para que
los difuntos emprendieran un buen viaje con la cremación.
Además, de las tumbas descubiertas en esta ciudad se desprende que había jerarquías que quedaron reflejadas en el momento del funeral y del
proceso crematorio. En este sentido, los cuerpos de los fallecidos que eran ricos se quemaban fuera de la ciudad y estaban bien realizadas, mientras que la cremación en los pobres era residual o simplemente, se quedaban en una inhumación al ser un proceso más económico. En este sentido, los arqueólogos descubrieron entre los restos una tumba de un bebé de entre tres y seis meses.
El científico que dirige las excavaciones, Llorenç Alapont, afirma que las investigaciones revelan que el momento de
la muerte para aquéllos habitantes. De hecho, la vida se veía como un tránsito hacia el otro mundo, con una serie de ritos, que llevaban a la superación el dolor que producía no volver a ver a un ser querido
tras su fallecimiento.
De las investigaciones también se desprende que entre la población y la necrópolis había una relación directa ya que en “
la ciudad de los muertos” se representaba lo que había ocurrido en vida, con las tumbas más lujosas para los más ricos, -situadas delante delas puertas de las murallas-, al igual que poseían en vida las mejores casas.
Gracias a las excavaciones y a la restauración que realizan arqueólogos españoles, la necrópolis de Porta Nola formará parte del itinerario de Pompeya, una ciudad que comenzó a investigarse entre finales del S.XVIII y principios del S.XIX y cuyos trabajos han avanzado mucho desde entonces, gracias a las nuevas técnicas y metodología empleadas, así como a la documentación de la que en la actualidad se dispone.
Fuente: ABC
