29-09-2015
Muchos
camposantos españoles adolecen de inversiones que serían necesarias para acometer ciertas mejoras e incluso para el propio mantenimiento de sus instalaciones. Grietas, losas sueltas, malas hierbas que cubren los pasillos… son estampas ya habituales que sus usuarios sufren a diario y por las que han demandado soluciones en más de una ocasión a las autoridades competentes.
En otros cementerios, en cambio, dichas autoridades ya se han hecho eco de las demandas vecinales y han decidido ponerse manos a la obra con inversiones que permitan, por lo menos, hacer más “cómodas”
las visitas a los difuntos que descansan en sus instalaciones. Es la cara y cruz de los cementerios españoles.
Algunos ejemplos de la cruz de los encontramos en los cementerios de Cuntis (Pontevedra), San Esteban del Molar (Zamora), de Virgen de El Carmen (Marbella), de La Moraleja y de San Fernando (Cádiz) donde vecinos y colectivos exigieron obras de mejora en sus instalaciones.
En el cementerio pontevedrés de Cuntis, la presencia de
grietas y losas sueltas en las paredes e interior de los nuevos panteones del cementerio elevaron las críticas de vecinos y autoridades que demandaron la reparación de estos desperfectos antes acabasen afectando a la estructura de los propios nichos. Y es que en este caso,
los nuevos panteones no llevaban construidos más de un año y sin embargo, las grietas eran notables y las losas comenzaban a caer con la consiguiente preocupación ciudadana.
En el antiguo cementerio de San Esteban del Molar (Zamora) el mal estado de conservación de sus instalaciones preocupó a los vecinos ya que, a pesar de que se dejó de utilizar hace años todavía descansan en el mismo restos de varias generaciones de sus antepasados. Las paredes que cercaban este camposanto acabaron por caer y en sus inmediaciones se instalaron una serie de contenedores que acabaron de encender los ánimos vecinales.
En el cementerio de Virgen de El Carmen de Marbella los vecinos reclamaron en su día mejoras que consideraban “históricas” ya que calificaban sus instalaciones de “obsoletas” y pedían, entre otras cosas, una inversión para la adecuación de las salas de los velatorios, así como una mejora en las comunicaciones para evitar los desplazamientos, andando, de los mayores de la localidad al camposanto.
En la necrópolis de La Moraleja se solicitó la instalación de vallas de protección entorno al camposanto para evitar caídas a los visitantes, ya que algunos ya las habían sufrido al visitar a sus difuntos.
Otras demandas apuntan también a las
fosas comunes de los propios cementerios, como ocurrió en la necrópolis de San Fernando (Cádiz), donde su estado era casi de abandono. Con tal motivo, algunos colectivos exigieron mejoras en dicha fosa común al Ayuntamiento de esta localidad gaditana.
Mejoras
En la cara se encuentra, por ejemplo el cementerio de La Vega de Pas (Cantabria), donde el Ayuntamiento invirtió 45 mil euros en mejorar las instalaciones de este camposanto. Entre otras cosas, se procedió al arreglo de la fachada de la necrópolis y se construyó un pasillo interior de piedra que permitirá mejorar el acceso de los visitantes a los nichos.
También en el cementerio de Almassora (Castellón) el Ayuntamiento puso en marcha un conjunto de obras de mejora por valor de 30 mil euros que estarán finalizadas para la Festividad de Todos los Santos. Los trabajos se centran en trasladar los aseos a otra ubicación para solucionar las inundaciones que sufría este espacio hasta la fecha cada vez que llegaban las lluvias. Asimismo, se construirá una sala polivalente para uso de los empleados del camposanto.
El proyecto de mejora incluye el traslado de los aseos a la sala situada a la izquierda de la entrada del camposanto con el objetivo de solucionar las inundaciones que sufre este espacio y generar una sala polivalente para uso de los empleados.
