30-07-2015
Una mujer de 92 años de edad y
dada por fallecida por un médico del hospital donde había ingresado revivió al día siguiente en la
sala del tanatorio donde sus familiares se encontraban velando su cuerpo.
Según ha publicado “The Independent”, el facultativo que atendió a la nonagenaria en un centro hospitalario
certificó su muerte y, posteriormente, fue
trasladada al tanatorio, donde, al día siguiente, su familia escuchó un grito y se percató de que se encontraba con vida. En ése momento, el director de la funeraria comprobó que la anciana tenía pulso y llamó a una ambulancia.
A pesar de que en ése momento la mujer fue trasladada nuevamente al hospital con carácter de urgencia,
acabó falleciendo dos días después debido a una dolencia en el corazón que le provocó su estancia en el tanatorio y las bajas temperaturas a las que fue sometido su cuerpo.
Este increíble suceso se produjo en Alemania, y el doctor que atendió a la anciana y que certificó su muerte, -de 53 años de edad-, se enfrenta a una sanción económica e incluso a una pena de prisión por negligencia médica.
Otros casos
Éste no se trata, por desgracia, del único caso en el que un médico
certifica la muerte de una persona sin que ésta se haya producido realmente. El pasado año, una mujer, de nacionalidad polaca y de 91 años, despertó dentro de una bolsa para cadáveres en un tanatorio de Polonia once horas después de que una médico hubiese certificado su fallecimiento.
En aquél momento, la facultativa que certificó el fallecimiento de la mujer se mostró convencida de que
la anciana había muerto ya que no tenía pulso, ni ritmo cardíaco, así como signos de respiración. De hecho, relató que no tenía una “explicación” para lo sucedido y en este caso, la anciana logró recuperarse.
Otro caso que nos lleva a hablar de “revivir” se produjo en Alemania durante el año 2013, cuando una mujer fue dada por muerta tras sufrir un accidente de tráfico y volvió a respirar en la morgue del hospital donde había ingresado.
Los facultativos dela Unidad de Cuidados Intensivos de este centro hospitalario tampoco encontraron explicación a este fenómenos,
tras haber certificado su defunción debido a las graves heridas que la mujer presentaba.
Asimismo, en el año 2010, en Colombia, otra mujer de 45 años, natural de la ciudad de Cali volvió a respirar tras ser dado por muerta cuando
el personal de la funeraria estaba preparando su cuerpo para trasladarla al tanatorio.
En el momento en que dicho personal procedía a realizar una pequeña incisión con el bisturí en su pierna izquierda, la mujer se movió y el tanatólogo se percató de que su corazón volvía a latir, tras haber pasado más de tres horas desde que los médicos certificaron su merte.
Catalepsia
Muchos de estos casos, por increíbles que parezcan, corresponden a un estado de catalepsia donde el cuerpo se encuentra
completamente rígido y ausente de movimientos musculares aunque la persona que lo padece permanece consciente todo el tiempo.
En la actualidad existen dos tipos de catalepsia diagnosticadas: la patológica y la astral. La primera, se produce debido a enfermedades del sistema nervioso, intoxicación, histeria o debilidad mental y puede presentarse durante un tratamiento de esquizofrenia o anestesia.
En el caso de la catalepsia astral es conocida como
parálisis del sueño o “subida del muerto” y corresponde a una situación donde una persona que se encuentra a punto de dormir o cuando simplemente se despierta, se da cuenta que no puede moverse, hablar o gritar.
Por este tipo de situaciones, en España la legislación prohíbe
enterrar a un cadáver antes de que hayan transcurrido 24 horas tras la muerte, precisamente debido a un problema histórico que se había dado con frecuencia, donde se daba sepultura a una persona viva.
En este sentido, la historia también guarda casos e catalepsia, como el de una joven de 17 años que falleció en 1871 a causa del cólera. Una década después de su muerte, al abrir su tumba, ésta se encontraba abierta y la mitad de esqueleto fuera. Las investigaciones posteriores apuntaron a que la joven despertó y que al tratar de salir se habría desmayado y golpeado la cabeza, lo que le provocó la muerte definitiva.
Otro caso histórico de catalepsia data del año 1889, donde un hombre que dormía tras una larga borrachera
fue dado por muerto tras 20 horas sin dar señales de consciencia. Sus amigos lo enterraron y cuando despertó, pidió auxilio desde su tumba.
En ése momento fue
escuchado por un sacristán y cuando trató de socorrerlo fue demasiado tarde. El hombre había hecho agujeros en su ataúd para poder respirar y trató de forzar la tapa pero, al abrirla, recibió un impacto brutal en la cabeza que le causó poco después la muerte.
